viernes, 10 de mayo de 2024

OLGA EDITH ROMERO City Bell 110 aniversario

La Campanita, calle 17 esquina 12 / Ph jmp /

La Campanita, calle 17 esquina 12 / Ph jmp /

CTY BELL 110 ANIVERSARIO

     Mi querido pueblo cumple hoy 110 años! Cuando vinieron a vivir aquí mis padres en el año 1952 era un pueblo con hermosas casas fundacionales, la mayoría en la zona cercana a la estación de trenes. Después había casas diseminadas, tipo chalets algunas y otras más sencillas y la mayoría de las calles eran de tierra. La avenida Cantilo se extendía con una arboleda frondosa entre el Camino Belgrano y lo que hoy se llama camino Centenario. Pero lo más lindo era que su gente se conocía toda y por las tardes salían las vecinas y conversaban en la vereda. Los chicos jugábamos en la calle, todos, sin distinción de sexo. Al poli ladrón, a la mancha, a las escondidas y solamente entrabamos a la casa al atardecer, tarde, cuando nuestra madre nos llamaba por el nombre a gritos. A veces nos olvidábamos la bicicleta en la calle y algún vecino la traía, o el triciclo o algún muñeco pero todo se recuperaba. Todos entrabamos a la casa de nuestros vecinos golpeando una vez las manos y ya estábamos adentro. Volvíamos de la escuela caminando y nadie nos molestaba por la calle. Nuestros padres no precisaban ir a buscarnos. Saludábamos a todos y todos nos saludaban. Si nos caíamos, siempre alguien nos ayudaba. El bullying no existía. Los autos eran pocos y a veces se paraban para que pasáramos. Todo era sencillo, todo era simple y vivíamos muy felices. Los vecinos que tenían árboles frutales nos dejaban que sacáramos frutas: mandarinas, kinotos, pomelos y naranjas en invierno, ciruelas, peras, higos y duraznos en verano. Mi madre regalaba bolsas de frutas que había en casa a los vecinos que no tenían y a su vez ellos nos regalaban a nosotros otras que no teníamos. Tenía unos vecinos polacos: doña Ana y don Zipo y ellos me regalaban tarros de miel de sus abejas. Íbamos a ver televisión a la casa de una amiga y éramos como diez, todos amontonados y sin pelearnos, porque era la única que tenía TV. Todo cambió, los cercos de ligustro bajitos se hicieron altos, las parecitas en las cuales nos sentábamos a charlar, se convirtieron en paredes altas o en rejas. Los portones ya no se abrieron más al primer empujón. Los chicos hoy miran sus pantallas y celulares y no juegan más en la calle. Los padres los llevan y traen de y a la escuela porque hay peligro que les roben las zapatillas, los celulares y si van en bici, las bicicletas. Las nenas no pueden salir solas porque nunca falta un malintencionado que las siga. Cuándo cambiaste City Bell? En qué momento? Ahora es un lindo shopping a cielo abierto, con mucha gente que no conocemos. Muchas casas fundacionales se convirtieron en negocios y perdieron su fachada.
Casa Pallaoro Cruz, 9 entre 17 y Sarmiento, circa 1956

Las calles son asfaltadas pero la gente estaciona en cualquier parte sin respeto. Los autos corren velozmente sin importarles si hay algún anciano o algún chico cruzando. La mayoría vive encerrada y con temor a abrir la puerta por los robos. En donde había terrenos baldíos, los dúplex se multiplicaron y los árboles frutales desaparecieron. Los comercios también se reprodujeron y las cervecerías, cafés, bares y locales gastronómicos crecieron a un ritmo vertiginoso. Pero no todo es negativo: todavía, a pesar de que muchos supermercados chinos nos han invadido, están el almacenero, el carnicero, el verdulero y el farmacéutico que te conocen, que preguntan por tu familia, que alaban al nene o nena de la familia que creció. Todavía hay vecinos que se reúnen para lograr algo juntos, todavía hay amigos que se juntan a matear o a tomar café en una casa. Por la calle Cantilo, la única protegida y segura, de la estación a la plaza, todavía hay chicos que salen por las tardes en grupo a divertirse charlando. No todo está perdido. Muchos aún nos conocemos. Hay vecinos que salen a caminar en conjunto y de paso llevan bolsitas y recogen papeles tirados, hay otros que organizan actividades culturales, hay quienes se encargan de la seguridad de cada barrio. Y todos queremos lo mejor para nuestro pueblo, que es nuestro lugar en el mundo, nuestro orgullo, nuestra patria chica.

Casa Pallaoro Cruz, 9 entre 17 y Sarmiento, circa 1960

Olga Edith Romero nació en La Plata el 4 de octubre de 1949 / Poeta, escritora, docente / Desde muy chica vive en City Bell / Fotos: jmp / 

Casa Pallaoro Cruz, 9 entre 17 y Sarmiento, circa 1965


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