METÁFORA
Volvió a relacionarse con el mundo exterior justo cuando el acto terminaba y ellos avanzaban, en fila, hacia las aulas. “Debió ser una pluma super poderosa”, comentó con Katy, porque era la que estaba más cerca. Ella lo miró desde lo alto con cierto asombro. No es que fuera pedante o soberbia, sólo era diez centímetros más alta que él y la frase realmente le había llamado la atención. “Es una metáfora, -le contestó-, quiere decir que ganó con las palabras”. Después giró y apuró dos o tres pasos para achicar la distancia hasta su compañera. Cubriendo, así, el hueco en la cadena que la respuesta había provocado.
Sentado a tres metros de la maestra,
ya en el aula, él terminó de dar forma a los últimos detalles. La pluma debió
tener la apariencia normal de toda pluma de ave, sólo que contaría con un
dispositivo secreto. Un tubo por el que soplar palabras envenenadas que
ejecutarían al enemigo en el acto. “No hay espada capaz de superar dardos
mortales”, pensó convencido de haber entendido todo.
Del blog Jueves de microrrelatos (https://juevesdemicrorrelatos.blogspot.com/).
Amor
Perdía (Santa fe, 1973). Profesora de Historia. Escritora. Vive en City Bell.
Foto:
jmp
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