sábado, 25 de mayo de 2024

AZUCENA SALPETER La realidad de la Patria

La campanita, City Bell, 2014 / Ph jmp


LA REALIDAD DE LA PATRIA 

     Vive en una casilla sobre las vías abandonadas del tren de carga. Por eso no se inundó. 
     Siempre sonríe cuando la encuentro. Tiene tres hijos chiquitos. Hace poco la operaron y operaron otra vez por los ganglios. Hoy iba a comprar un poquito de mondongo para el guiso del 25. Me abrazó. Feliz día de la patria, dijo.




Azucena Salpeter nació en Formosa el 9 de noviembre de 1942 / Desde 1957 reside en La Plata / Médica, poeta, narradora y pintora / Ph jmp / 

viernes, 10 de mayo de 2024

OLGA EDITH ROMERO City Bell 110 aniversario

La Campanita, calle 17 esquina 12 / Ph jmp /

La Campanita, calle 17 esquina 12 / Ph jmp /

CTY BELL 110 ANIVERSARIO

     Mi querido pueblo cumple hoy 110 años! Cuando vinieron a vivir aquí mis padres en el año 1952 era un pueblo con hermosas casas fundacionales, la mayoría en la zona cercana a la estación de trenes. Después había casas diseminadas, tipo chalets algunas y otras más sencillas y la mayoría de las calles eran de tierra. La avenida Cantilo se extendía con una arboleda frondosa entre el Camino Belgrano y lo que hoy se llama camino Centenario. Pero lo más lindo era que su gente se conocía toda y por las tardes salían las vecinas y conversaban en la vereda. Los chicos jugábamos en la calle, todos, sin distinción de sexo. Al poli ladrón, a la mancha, a las escondidas y solamente entrabamos a la casa al atardecer, tarde, cuando nuestra madre nos llamaba por el nombre a gritos. A veces nos olvidábamos la bicicleta en la calle y algún vecino la traía, o el triciclo o algún muñeco pero todo se recuperaba. Todos entrabamos a la casa de nuestros vecinos golpeando una vez las manos y ya estábamos adentro. Volvíamos de la escuela caminando y nadie nos molestaba por la calle. Nuestros padres no precisaban ir a buscarnos. Saludábamos a todos y todos nos saludaban. Si nos caíamos, siempre alguien nos ayudaba. El bullying no existía. Los autos eran pocos y a veces se paraban para que pasáramos. Todo era sencillo, todo era simple y vivíamos muy felices. Los vecinos que tenían árboles frutales nos dejaban que sacáramos frutas: mandarinas, kinotos, pomelos y naranjas en invierno, ciruelas, peras, higos y duraznos en verano. Mi madre regalaba bolsas de frutas que había en casa a los vecinos que no tenían y a su vez ellos nos regalaban a nosotros otras que no teníamos. Tenía unos vecinos polacos: doña Ana y don Zipo y ellos me regalaban tarros de miel de sus abejas. Íbamos a ver televisión a la casa de una amiga y éramos como diez, todos amontonados y sin pelearnos, porque era la única que tenía TV. Todo cambió, los cercos de ligustro bajitos se hicieron altos, las parecitas en las cuales nos sentábamos a charlar, se convirtieron en paredes altas o en rejas. Los portones ya no se abrieron más al primer empujón. Los chicos hoy miran sus pantallas y celulares y no juegan más en la calle. Los padres los llevan y traen de y a la escuela porque hay peligro que les roben las zapatillas, los celulares y si van en bici, las bicicletas. Las nenas no pueden salir solas porque nunca falta un malintencionado que las siga. Cuándo cambiaste City Bell? En qué momento? Ahora es un lindo shopping a cielo abierto, con mucha gente que no conocemos. Muchas casas fundacionales se convirtieron en negocios y perdieron su fachada.
Casa Pallaoro Cruz, 9 entre 17 y Sarmiento, circa 1956

Las calles son asfaltadas pero la gente estaciona en cualquier parte sin respeto. Los autos corren velozmente sin importarles si hay algún anciano o algún chico cruzando. La mayoría vive encerrada y con temor a abrir la puerta por los robos. En donde había terrenos baldíos, los dúplex se multiplicaron y los árboles frutales desaparecieron. Los comercios también se reprodujeron y las cervecerías, cafés, bares y locales gastronómicos crecieron a un ritmo vertiginoso. Pero no todo es negativo: todavía, a pesar de que muchos supermercados chinos nos han invadido, están el almacenero, el carnicero, el verdulero y el farmacéutico que te conocen, que preguntan por tu familia, que alaban al nene o nena de la familia que creció. Todavía hay vecinos que se reúnen para lograr algo juntos, todavía hay amigos que se juntan a matear o a tomar café en una casa. Por la calle Cantilo, la única protegida y segura, de la estación a la plaza, todavía hay chicos que salen por las tardes en grupo a divertirse charlando. No todo está perdido. Muchos aún nos conocemos. Hay vecinos que salen a caminar en conjunto y de paso llevan bolsitas y recogen papeles tirados, hay otros que organizan actividades culturales, hay quienes se encargan de la seguridad de cada barrio. Y todos queremos lo mejor para nuestro pueblo, que es nuestro lugar en el mundo, nuestro orgullo, nuestra patria chica.

Casa Pallaoro Cruz, 9 entre 17 y Sarmiento, circa 1960

Olga Edith Romero nació en La Plata el 4 de octubre de 1949 / Poeta, escritora, docente / Desde muy chica vive en City Bell / Fotos: jmp / 

Casa Pallaoro Cruz, 9 entre 17 y Sarmiento, circa 1965


domingo, 11 de febrero de 2024

RODOLFO LUNA Hojas de un poema escrito a dos manos

"Sí", 22 06 2016 / jmp


SÁBANAS

     Despierto buscando en las sábanas el calco del sueño. Los pliegues y arrugas se me antojan la arena que registra el vaivén del río y los humores del viento. Cual pintor renacentista contemplo las olas y quiebres de la tela. Volutas que imprimió mi cuerpo. 
Tanteo en ese mapa los signos de un destino y me encuentro rescatando un historial de sábana.

     Mi primera vestimenta fue una sabanita de hospital. En el apuro del parto primogénito, mi padre olvidó el bolso con las batitas y pañales en casa. Contribuyó también que mi madre rompió bolsa en pleno festejo de Año Nuevo.

     Las sábanas de infancia las recuerdo entibiadas por el porrón de agua caliente y “la forma” que nos hacía mi madre con el beso de buenas noches, para acomodar sábanas y frazada pegadas al cuerpo.

     Luego vinieron sábanas limpias para estrenar el amor, casi al mismo tiempo que las sábanas viejas gritaban las consignas de nuestras banderas. 

     Fueron muchas las de dos plazas que sostuvieron la ilusión de una vida compartida y otras tantas las sábanas blancas rindiendo el desamor, haciéndose sábanas ajenas.

     Hubo sabanitas nuevas con cada hijo y luego con cada nieto. Sabanitas meadas, sábanas sudadas de fiebre. 

     Sábanas solas, yermas, sábanas húmedas, de algodón, de colores. Una vez, de seda. Oliendo a bebé, a miedo, a ansiedad, a mujer, a esperanza. ¿Olerán a viejo mis últimas sábanas?

     Un lado de la cama espera este amor que resiste geografías. Son sábanas nuestras. Nido, cuenco, refugio contra la crueldad del mundo. Hojas de un poema escrito a dos manos.



"Sí", 22 06 2016 / jmp


Rodolfo Luna vive en Villa Elisa / Periodista, escritor / 

viernes, 15 de diciembre de 2023

VANESA GARCÍA De arbolitos y supersticiones

City Bell, 15 de diciembre de 2023


DE ARBOLITOS Y SUPERSTICIONES

Cada 8 de diciembre se levantaba temprano para ir a comprar algún adorno navideño. Papá creía eso de que, si cada navidad se renovaba algún ornamento al árbol, la suerte podía cambiar para bien. 

Razón no le faltaba, ya que en las familias obreras y humildes a la suerte había que ayudarla a venir de vez en cuando. 

Recuerdo la mesa rosada del comedor. Era de fórmica rectangular. Mi viejo apoyaba el árbol ahí, me sentaba sobre la mesa y empezaba la magia. Mamá merodeaba con el mate humeante. La yerba era bien verde como algunas de las borlas que colgábamos.

Pasados los años y las navidades, pude entender que quizá papá armaba sus sueños felices nuevamente simbolizados en el árbol. Quizá cada borla significaba un recuerdo memorable o alguna tardecita de verano de su infancia, donde todavía no era necesaria la superstición para atraer a la suerte.



CENS 453 Ensenada, 27 de octubre de 2022

Vanesa García es docente y coordinadora de Plan FinEs, Ensenada / 

miércoles, 2 de agosto de 2023

JULIÁN AXAT Mi hija Matilda





CERVANTES O SHAKESPEARE 
(SI COMO AFIRMA EL GRIEGO EN EL CRATILO) 


Mi hija Matilda de 11 lee 
El ruiseñor y la rosa de Oscar Wilde 
& me pregunta por la palabra “nightingale” 

El castellano tiene la palabra “ruiseñor” y suena fría 
no comprende la calidez o la presencia de la noche 
de la palabra “nightingale” 

“nightingale” repite varias veces Matilda y la canta 
& la rosa es / como si reviviera en su boca 



Matilda en City Bell, La Talita Dorada
El amor por los débiles & el instinto de asesinato, último lIbro de poemas de Julián Axat, se presenta el jueves 3 de agosto a las 19:30 horas en Bukowski Bar (calle 59 entre 6 y 7 de la ciudad de La Plata) / Participan: Adrián Barahona (Editor) y Emiliano Tavernini / Artista invitado: Rolo Della Croce / 

El poema “Cervantes o Shakespeare” integra el volumen El amor por los débiles & el instinto de asesinato / Ediciones Askasis / Ediciones Periféricas, Isla de Maipo, Valparaíso, 2023 / Fotos: jmp / 
Julián Axat nació el 3 de agosto de 1976 en La Plata / Vive en City Bell / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

martes, 4 de julio de 2023

MARIANA FINOCHIETTO Estamos solos

Taller Mundo despierto, City Bell, circa 2014

César Cantoni, JMP, Olga Edith Romero y Mariana Finochietto


ESTAMOS SOLOS…

Estamos solos.
Siempre 
estamos solos,
con los ojos abiertos como puertos,
con las manos tendidas hacia el mar.
Llegan los vientos.
Llegan
hasta la orilla donde duerme el alba
y el corazón es un desamparo de gaviotas
buscando en el aire la felicidad.


PIENSO EN ESA MUJER… 

Pienso 
en esa mujer
que hoy duerme sola.
Su cama
es una extensión de campo abierto
donde los potros de la soledad
cabalgan.

Escucha
a los hijos dormir.
Son suaves
las respiraciones de los chicos
cuando duermen.

Ella no duerme. 
Piensa
en cómo será dormir
noche tras noche
en esa cama
que ya tiene un hueco para la tristeza.

El hombre
que la quiso y que se fue
es como el humo
del cigarrillo que apagó hace horas. 


DE VEZ EN CUANDO MIS HIJOS… 

De vez en cuando mis hijos
vuelven a casa
y la mesa se llena de ruidos y de música.

Traen olores
recetas de cocina que aprendieron de dónde
amores relucientes como joyas. 
Son tan hermosos.
Siempre son hermosos los hijos amados.
Fueron tan hermosas
sus manos pequeñas
escarbando en la tierra del corazón
buscando 
el fruto ardiente,
el que nunca supe que podía encender
con estas manos frías que sostienen el mundo.

Queda mi pecho solo
apenas
un poco más solito que antes de mis hijos
mientras se van trazando sus rutas prodigiosas.

Hay tanto aire ahora entre la casa y mi pecho.
Yo respiro y suspiro. 
Yo respiro y aprendo. 



Poemas del muro de FB de Mariana Finochietto (General Belgrano, provincia de Buenos Aires, 24 de enero de 1971) / Reside en City Bell / Fotos: Encuentro en Taller Mundo despierto, City Bell, circa 2014 / 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.- 

domingo, 21 de mayo de 2023

SOLEDAD GUTIERREZ EGUÍA En aquel instante

Soledad en Mundo despierto, City Bell, 17 de agosto de 2022 


     En aquel instante que hoy nadie puede reconocer, pues nada es tan lejano como aquel instante, en aquel instante, el susurro en su boca, como el líquido en la del que está asfixiándose, le causó un dolor cuya gravedad fue el centro mismo de cuanto dolor existiese en el mundo y el agite era tal que pareciera el mar rugir aún en su cuerpo y un restallar de viento penetrara coincidente con el volumen alto de la voz de la presa cuando acorralada, empuja con su cuerpo —boca seca al pie del miedo— los muslos del cazador, henchidos por su destreza inacabable.

     En aquel instante que hoy nadie puede reconocer, pues nada es tan lejano como aquel instante, en aquel instante: se mantuvo en pie.



Soledad en Mundo despierto, City Bell, 22 de septiembre de 2022 
Soledad Gutierrez Eguía (La Plata, 30 de enero de 1974) / Vive en City Bell / Fotos: jmp / Archivo de La Talita Dorada / Mundo despierto, City Bell, 17 de agosto y 22 de septiembre de 2022 / 

miércoles, 19 de abril de 2023

OLGA EDITH ROMERO Hormigas







He seguido las hormigas 
hasta el cantero de los ajíes,
se han comido las hojas y dejado
unos palitos verdes doblados.
Ya ni siquiera me atrevo a perseguirlas,
han sufrido la sequía 
y las albahacas fueron pocas para ellas.
Me desconozco 
sacando flores del jazmín celeste 
y colocándolas en su camino.
Dios nos da oportunidades
¿por qué no tener 
compasión de ellas? 
Arriba, ovejas de lana gris,
nos prometen el mejor llanto 
del gigante.
Las hormigas, que todo presienten
con sus pequeñas antenas
trabajan apuradas, 
llevando sueños verdes 
de limoneros,
perfume de azahares 
para la reina
y pétalos de rosa para sus acolchados. 
Les hablo como si me escucharan
-mañana cuando llueva
y todo reverdezca, no tendré piedad. 
Deberán huir donde no haya
mujeres locas, trastornadas por el sol,  
que les den de comer 
el final de un verano
demasiado largo. 



City Bell, abril 2023 / Olga Edith Romero nació en La Plata el 4 de octubre de 1949 / Poeta, escritora, docente / Desde muy chica vive en City Bell / Fotos: jmp / 

domingo, 26 de febrero de 2023

AZUCENA SALPETER Pintar se parece a un río




Pintar se parece a un río
un hilito de provincias olvidadas

hundís los ojos
extraés un guijarro
enseguida lo guardás en la bolsita con manzanas
que llevabas para merendar con las anguilas

mordés el guijarro
estás segura de que hablaste con Dios.


Azucena Salpeter nació en Formosa el 9 de noviembre de 1942 / Desde 1957 reside Tolosa / Es médica, poeta, narradora y pintora / Foto: Pintura de AS en encuentro Taller La Plata, 30 de mayo de 2019 / 

jueves, 12 de enero de 2023

SOLEDAD GUTIERREZ EGUÍA Un jardín de la luz ausente


LA NIÑA DEL TEJADO

   Yo que me sé sola. Yo que me injurio pegada a los párpados del puño que da el golpe. Yo que “nunca necesité de mí”, que resigné mi nombre frente al mundo. ¿Perfume a qué? 
   Yo que me extraigo de mí con el grito insumido en los vientos y me escondo con la inocencia de la niña del tejado. ¡No quería crecer! Ella tampoco. ¿Por qué sostenerme en el verde, en los pájaros con hambre que nadie se atreve a ver? Ellos también sueñan, los he visto. 
   ¿Por qué la mirada hacia nada que sabía? ¿Por qué me sabía antes de todo? Existía con la violencia de la verdad destructora. Me vivía acurrucada; no me compenso ningún olvido. Yo no sé olvidar. 
   Me revelo al mundo cuando insisto en consumar el tiempo que se abre entre mi nombre y la boca que lo nombra. Me recuerdo en la angustia de la que soy en todo el cuerpo. He tenido que aprender a sobrellevarme. 
   ¿Por qué no me ovillo en el bolsillo del vacío y reposo infinita bajo el rostro de la ausencia?
   Alguien me dibujó en el silencio y es dentro de mí donde los pájaros se enardecen.
   Negros pájaros en la noche; manos crispadas blandiendo sus alas.


LA NIÑA 

   La criatura ciega salva los silencios con su risa de arena y muestra su muñeca y mantiene la lámpara encendida y alguna vez recuerda lo que ya olvidó. Y el canto le cierra los ojos y cree en el sol que la mira y nunca pudo ver por primera vez. Y se detiene cayendo al abismo, se detiene y cerca ya no hay lejanías, y se duele y reposa en el abajo. Y agota su sed en el desierto de luz. Y se aparta del espacio de ausencias. ¿Qué hubo en lo que es? 
   Y vuelve a reír porque ríen y un puñado de aire se consume en su boca. ¡Qué pierden los que ardiendo ven y se apiadan convulsos! No hay otro bien que la sombra sibila en sus ojos. Halló frío donde todo quema y vuela al vacío escarlata y un estallido la escinde. La une al resplandor el temor a desaparecer y el misterio de renacer fragmentada. Y se vuelca sobre el mundo peldaño a peldaño y rompe el juguete, porque tiene derecho a romperse.
   Encuentra lo que no perdió. Y sabe que es niña porque a veces le dan la mano y respira en su corazón un pellizco de tierra y una voz que le cuenta que el rojo es rojo y se puede beber en una copa; que la soledad y los años oscurecen en el detrás de cualquier ventana; y la memoria no es ajena al eco de sus pasos.
   Aprendió a temblar en la noche jungla, un extraño estremecimiento entreverado a sus latidos; próxima a la lágrima; el vientre retraído.
   Se tiende sobre su nombre de senda larga. ¿Qué más podría quitarle el deseo de existir cuando se aleja? Y si vuelve, aún volviendo, no es el de ayer. Hace un jardín de la luz ausente y de su falta un infierno. Y vuelven a inquietarse los ínfimos sonidos y el aire abstracto le da la espalda con el peso de la mirada muerta y la dimensión exagerada de las cosas; y la música; y algo infantil.
   Y lo que sabe, que soporta, con lo que no sabe. 




Dos prosas poéticas inéditas de Soledad Gutierrez Eguía (La Plata, 30 de enero de 1974) / Escritora / Vive en City Bell / Fotos: jmp, Taller Mundo despierto, City Bell, 29 de septiembre de 2022 /

Leyendo poesía en La casa verde, City Bell / José María Pallaoro lee a Soledad Gutierrez Eguía / “Viaje al recuerdo”, inédito / 

jueves, 1 de septiembre de 2022

1970 UN EQUIPO DE CITY BELL CAMPEÓN BONAERENSE DE LA ZONA ESTE (La Plata, Berisso y Ensenada)

 

1970 UN EQUIPO DE CITY BELL CAMPEÓN BONAERENSE DE LA ZONA ESTE 

(La Plata, Berisso y Ensenada)

 

Diario El Día de La Plata, jueves 7 de enero de 1971.

La nota comienza así: “Mañana partirá con destino a Necochea el equipo de fútbol que ganara el campeonato interescolar…”.

 

Ese verano, conocí el mar.

 

La foto es en el viejo Estadio Provincial, 1970. La camiseta es la de Seleção Brasileira de Futebol, la que estaba en "boga" ese año y, creo, la que pueden comprar. Dicen que el hombre ya había llegado a la luna.


martes, 14 de junio de 2022

ALBERTO PONCE DE LEÓN El aire y el trébol


MUNDO

Que salto que da 
el cuerpo 
para llegar arriba. 
Mas la tierra feroz que lo circunda 
lo sujeta con brazos estirados. 

Qué prodigio de cielos 
en los ojos abiertos. 
Mas la Mujer, con su misterio de árbol, 
pasa por el camino, discurriendo. 

Qué deseo de estrellas 
con sus aguas de tiempo. 
Mas la Mujer le dice, caminadora: baja 
y camina conmigo por el aire y el trébol.




En Tiempo de muchachas (Ediciones del Bosque, 1941), Fondo Cultural Bonaerense, La Plata, 1962 / 
Alberto Ponce de León (La Plata, 2 de mayo de 1917 – Buenos Aires, 3 de junio de 1976) / Para muchos, posiblemente el mayor exponente de la generación del `40 platense / Dirigió la colección de poesía de Ediciones del Bosque / Murió trágicamente, en un incendio, el 3 de junio de 1976 / 

martes, 5 de abril de 2022

ANDRÉS SZYCHOWSKI Una ballena emerge y te mira

Gustavo Caso Rosendi y Andrés Szychowski 



ORQUESTA

A Gustavo Caso Rosendi

Estás otra vez en Las Islas
Soy un niño y seré tu amigo
cuando pasen 20 años de la guerra de Malvinas
Volviste para ver cómo la nieve
se mezcla con el barro
Porque metiendo los dedos
en esa masa original
nacería una muerte menos
Porque el horror no nacido
quedaría atrapado en el ojo del maniquí
de la tienda navideña
Lo sabría el ocasional perro callejero
que le ladraría a ese ojo, y no a otro
Reconocerías la escena
y, si te dieran ganas,
le darías asilo a ese ladrido
en otro poema magistral
O, simplemente, romperías la vidriera con un zapato
Revolvés el barro, le ponés una bola de nieve,
como sirviendo otra bocha de helado,
con ágil lentitud,
como si dirigieses una orquesta de silencio
con brazos enyesados y dedos sueltos
Los pájaros te dan la espada
para divisar al enemigo:
en verdad intentan mantener a raya
a sus propios miedos
Siempre me pregunto cuál es el miedo de un pájaro
¿El miedo a olvidarse de volar?
¿De olvidarse de volar sin previo aviso
y caer a un pozo que nunca termina?
¿O lentamente, lo que sería peor aún
si se está en el mismo pozo?
¿El miedo de nacer asesino de aves exóticas?
¿El miedo de hacerse taxidermista
de sus propios hijos?
¿De exhibirlos en un museo
en el que tengan la mayoría de las acciones
y que un día la Bolsa de Valores
les juegue una mala pasada
y tengan que vender su equipo de beisbol?
¿El miedo de nacer otra vez pájaro en Las Islas
y saber que su madre final
será una explosión humana
¿Humana en el sentido malvado de la palabra malvado?
Lo cierto es que seguís ahí,
acercándote a la forma del Universo,
forma que tiene cuerpo y cabello de humo
porque el Universo es humo
a lo largo de un tiempo
que se contrae al ritmo de las mentiras
Mientras tanto, en el mar, una ballena
se calla cada vez más fuerte
hasta que se escuchan sus latidos
Es una suerte de tambor ancestral
Te das cuenta de que nunca percibiste los tuyos,
y te prometés darles una oportunidad
¿Ves? Son iguales a los de la ballena
cuando viaja hacia aguas más profundas
para dejarte solo, enteramente orquesta
La canción de barro y nieve continúa
Tres ovejas ciegas
persiguen las sombras
de tres ovejas ciegas
Un pingüino mira hacia el horizonte
y comprende que él mismo es el horizonte
Todo, todo, es parte de tu orquesta de infinito roto
Tus dedos mueven las moléculas del frío
hasta llegar al centro de la masa
y ocupar el nombre del Frío
Pero un segundo antes
de sumergirte del todo, te detenés…
Pasan los años y me adoptás como hermano
Me enseñás que “la poesía
es la unión de dos palabras
que uno nunca supuso que pudieran juntarse,
y que forman algo así como un misterio”,
como decía Federico García Lorca
Por eso leés un poema sobre Malvinas
y volvemos a brindar, con nuestros amigos,
por nosotros, por los que no están
Mientras una ballena emerge y te mira


3 de abril de 2022 
Andrés Szychowski (La Plata, 1976) / 

martes, 29 de marzo de 2022

SABRINA GROSS La tempestad por fuera y por dentro



CIRCUITO LÚDICO

“(…) Lamento que no haya fotos de la tempestad (…)”
Adriana Lestido / Antártida Negra

como un evento extraño, por fuera de la conexión con lo mundano, oigo, tu voz 
creo que es una canción
no de cuna, 
no
la despedida cuando callo, que no es estar en silencio, sino, en el sonido interno e intenso
en un maremoto
en la tempestad

por pensar, que llegaría al centro, llego a la hoja
el papel me abraza y no es lixo
es tempestad

la consciencia de jamás decirle adiós a mi hija que no es olvido
la fuente de todas las plegarias y a la vez, las escrituras

tendría que ser fuerte como un eslabón de óxido
un barco en el punto ciego, 
de todo lo azul

es el mar, en la coordenada
donde habita mi madre
la no tempestad, lo no atempestado, sino esa búsqueda de paz, 
con la que intentamos que partiera

no es lo no atempestado, el componente neto de la tempestad?
vaya a vestirse que está su amor, 
esperando en la puerta de una sinfonía

y digo, para mí, 
apenas puedo escuchar la música interna, 
cuando practico la tempestad
por fuera y por dentro

sin amor no me siento
no me percibo
no me inscribo en el historial 
mecánico de la historia

y pienso para mi, 
cuánto ego hay, en las imágenes
que circulan y que veo
como otra tempestad vidente

en una apertura de chacras intensa
se confunde la sutura con la realidad
de mi cuerpo grande
que danza
entre las fotografías del lamento

y el punto de fuga
es la extrañeza de sentirme viva
pese a todo circuito
lúdico.


City Bell, 28 de marzo, inédito

Sabrina Gross nació en La Plata en 1977 / Poeta y escritora / Vive en City Bell / Foto: jmp

jueves, 27 de enero de 2022

AURORA VENTURINI Trova final

Aurora Venturini y José María Pallaoro


TROVA FINAL 

No por este de mí, 
que es sol y libertad, te pido; 
no por este de alcurnia real 
que al primer llanto 
con un retozo de ala 
responderá al minuto. 

Sino por este otro 
que hiciste a la medida 
del cántaro para llevarle; 
sino por este otro 
que hiciste a la medida 
de lo común, bastardo, 
sin asidero, solo, 
comida de la sombra, 
goce de larvas y lemures. 

Este de mí, malsano, 
herido y maculado 
que en la oquedad de un pozo 
desecharán los hombres. 

Ven con tu voz a conversarle 
-Oh, nombre puro, invicto!-

No te repugne el ojo fiero 
ni el cuero cabelludo 
donde desoven largamente 
las Aves Fénix del ocaso.




En La trova, Colombo, Buenos Aires, 25 de junio de 1962 / 
Aurora Venturini (La Plata, 20 de diciembre de 1921 – 18 de noviembre de 2015) / Vivió muchos años en City Bell / Foto: jmp y Archivo de La talita dorada / 

viernes, 7 de enero de 2022

LEÓN PEREDO Qué hermoso fue haber ido juntos a conocer el mar

Morella y León

 

finalmente Morella conoció el río.

nos tomamos el 275 hasta Punta Lara

la ruta es larga y angosta

a los costados extensos campos se abandonan

a la espera de algún pájaro

o de alguna máquina que los embarace de arena y cal

y les haga parir edificios

bellos edificios

donde la gente se hacinará porque no puede

acceder a una casita con patio y un poco de verde

y un poco de sol y otro poco de cielo.

pero Morella conoció el río

y anduvo descalza la arena

y escribió con el dedo

su nombre y el mío

y pagamos 75 pesos para poder subir al muelle

y de ahí ver los patos negros que mordían el agua

para alimentarse. y Morella señalaba con la mano

esa mano que lleva siete años de gestos

un barco pesquero que espantaba el horizonte.

y corría en el agua

y a cada rato decía que amaba el mar.

y a cada rato yo le repetía que no era mar sino río.

mas ella insistía en llamarlo mar.

quién soy yo me dije entonces

para cambiarle el nombre a las cosas de su mundo.

nos sentamos chinito al final del muelle

y pronto comenzamos a ver a lo lejos delfines

y sirenas

y mirá papá la ballena la viste?

claro que la vi

lo veo todo con vos, hija.

y qué hermoso fue haber ido juntos a conocer el mar.

 

 

 

León Peredo (San Justo, Argentina, 16 de enero de1978 / Reside en La Plata) / Foto: Morella y León Peredo

domingo, 26 de diciembre de 2021

ATILIO BASALDELLA Balada en vísperas




    Mi querido primo Atilio, que pasó de chico varias veces por City Bell, compuso e interpretó esta hermosa canción de navidad, “Balada en vísperas (No era II)”. 
La grabó en este 2021 que se va en Pepinillos Extra. 
Atilio hace voces y guitarra eléctrica. 
Lo acompañan: Lucas Tur en guitarras eléctricas y guitarras acústicas;  Martin Pendlebury en piano eléctrico y Hamond; Tutu Rufus en bajo y  Adrian Taka Carlesso en producción, grabación, batería acústica y baterías programadas. 

    La letra dice así: 

Después de todo en este lodo eterno 
siempre voy a estar 
Y las canciones son pedazos 
para recordar 
lo que hiciste ayer 

¡Feliz navidad! 

¡Feliz navidad! 

Un mago enfermo está sentado 
sobre tu ilusión
no la deja salir 

Y lo que queda entre tus penas 
vale la intención 
de mantenerse en pie 

¡Vamos a brindar! 

¿Dónde está el champagne? 

Lo que soñaste pasaría
no resultó tan bien 
y tampoco tan mal 

Y una muchacha que es mi amiga 
muere por amar 
y si sabe perder 

jingle, jingle bells 
jingle, jingle, bells 

Sobran las palabras 


    Atilio nació un 20 de noviembre y vive en la ciudad de Rosario, siempre está dispuesto a llevar su arte adónde lo convoquen, salú primo 





viernes, 24 de diciembre de 2021

AZUCENA SALPETER Más o menos así



Para estas fiestas

y si te regalan un barco?
qué digo un barco
un chimango
como el bote del lechero en el club náutico
el que sacaba fuego por las astas
y boqueaba
por seguir los pasos del río seco
una nada
un nenúfar chiquito
jamás pintado 
ni dicho 

antes fue venturoso
un río abierto
recordás las mandíbulas sonrientes
de los yacarés?

más o menos así 
fue el futuro
que va a venir.







Poema inédito en libro 

Azucena Salpeter nació en Formosa el 9 de noviembre de 1942 / Desde 1957 reside en La Plata, y en la actualidad en Tolosa / Médica, poeta, narradora y pintora / Foto: Azucena en Taller La Plata de JMP, 30 de mayo de 2019 / Pintura de Azucena: “No precisa alas, Taube (paloma)”, óleo, mayo 2019 / 

miércoles, 15 de diciembre de 2021

ANTONIO MORO Quizá la memoria cure el huso del olvido



S

Tal vez la alquimia de las estaciones
Ese barro de la palabra
Te nombre en el durazno del día

Belleza hija pródiga que nos cuidas

Eres también el humo de nuestro sueño
Un pretexto que mejora el escepticismo
Un mensaje en el límite de la razón

Por temor a perderla la recordamos
Las horas felices rescatan la mente alucinada 


T

La memoria deconstruye  la vida 
Disipa la bruma del olvido en la confianza
En las visiones que continúan el relato

Con paciencia acepta el vacío el sinsentido
La triste consciencia del odio y la ilusión
El ansia de ternura en ésta y aquella orilla
Donde hombres y mujeres aves e insectos
Escuchan miran y algunos cantan


U

Arden su orgullo los papeles del amor
Iluminan el devenir con sus pérdidas

La locura de la experiencia habla
De uvas y jazmines en un tejido 
Ceñido por ausencias que no olvida

Quizá la memoria cure el huso del olvido


En Huso del olvido, El Espejo Ediciones, Córdoba, septiembre de 2021 
Antonio Moro nació a la vera del Río Suquia, Córdoba, en 1955 / Poeta, actor y librero / Visitó City Bell, como suele hacerlo, el 29 de noviembre de 2021 / Fotos: En espejo, AM y JMP en estación de trenes City Bell / Desde PCB nuestro abrazo al querido amigo 

viernes, 17 de septiembre de 2021

SABRINA GROSS Siempre soñé con su mirada




PÉTALO 1

Todo va a estar bien. Todo tiene que estar bien. Soy una flor, que crece, se convierte en una caricia visual a tus ojos, a los ojos del mundo. El mundo real y el mundo reflejado en el estanque de Narciso. No soy Narciso, no. Soy una flor que está en el mismo paisaje mítico y azulado.

Él llega, se incorpora al espacio, lo toma, lo hace suyo con sus reflexiones y sus dudas: ¿seré bello? ¿Serás yo? ¿Acaso ese soy yo? ¿Yo seré yo? Infinitas preguntas. En medio del aire un anuncio: seminarios intensivos del yo soy.

Una rana, alumbra. Una mantis turquesa, ilumina.

Narciso invade mi escenario, pero por eso no dejo de ser acuática, conservo mi poder, si él se estrellara se hundiría, se ahogaría en su imagen, yo recrearía una escena de salvataje, sumergiéndome no muero, sólo transformo mi belleza, pero él no lo vería, no se daría cuenta.

Narciso invade mi escenario, donde sólo transformo mi belleza. 

Volviendo al escenario del mito descubro algo más que un acto fallido. El agua del estanque -aunque en el mito público sea un manantial cristalino y transparente- es estancada y está perdiendo todo el oxígeno. Por lo tanto, agotada, puede que esté verde. ¿Cómo puede ver Narciso su belleza en el agua podrida?

Narciso crea la ilusión, la imagen de sí, y se enamora de la fantasía de sí a través del agua turbia.

Si yo fuera mito, El Mito, Narciso, crearía un millón de puntos de fuga, de dudas, perdón.

Es inevitable que el estanque tenga una vida agitada, desde su creación artificial, paisajista-decorativa, se pensó en alguien apropiado para asomarse, reflejarse y caer en él. El elegido. No cualquiera puede verse allí, ni siquiera creer verse allí. Estoy aquí desde hace siglos esperando la llegada de Narciso, la ilusión y confusión de Narciso, soy en y por eso, mi misión es estar, adornar, proyectarme en el espacio para él. Todos giramos en torno a un hombre insatisfecho, a un semi dios.

Yo giro en torno a Narciso.

Siempre soñé con su mirada. Mi deseo es que una pestaña suya caiga sobre mí y desplace su mirada a mi territorio, real o imaginario, el que proyecto o el que él pueda delimitar en torno a mí, de soslayo, quizás, evitando negaciones y amarguras. Es una pena que sólo tenga ojos para él. El mito podría rajarse como un vitraux con unas gotas de astigmatismo.

En cuanto a sus manos, podría acercarse a recuperar su pestaña y así me tocaría. Pero en la actividad mitopopéyica original, Narciso no hace nada con sus manos, sino que soy yo la que debe mover las aguas en el momento justo en el que se mire en el agua. Narciso no hace nada con sus manos, hace todo con sus ojos. Un solo movimiento mío, una sola verdad mía, puede lastimarlo o como bien cuenta la historia, mostrarle una realidad. La de su rostro. Yo debo ser bella para un instante de la vida del estanque fabuloso, él debe serlo por el resto de la historia.

Yo debo ser bella para acompañar su belleza por el resto de la historia.

¿Quién es Narciso sin su mirada? Narciso si no se reflejara en el estanque, si no se mirara solo él en el estanque, el mito, desviaría su mirada hacia mí. Mi territorio, real o imaginario, cobraría vida dentro del estanque. Y ya no sería solo él su reflejo mítico sino él mirándome, nuestra relación acuática mística. El mirándome.

Narciso, al mirarme, con la misma intensidad con la que se mira a él y solo a él, al mirarme a mí y solo a mí, sería un voyerista. Me miraría, una flor acuática abriéndose ante él desnuda, me miraría abriéndome, me miraría como él se mira a sí mismo. Tan particular y especiales encuentros, mirarse. La actividad mitopopéyica nos despierta, mirando el escenario donde los mitos ocurren, estanque estancado, la vida. Una flor, caricia visual ante sus ojos.



En Zigzag, Ediciones Sur Surreal, La Plata, 2014 
Sabrina Gross nació en 1977 en La Plata / Vive en City Bell / Poeta y escritora / Foto: jmp

viernes, 10 de septiembre de 2021

ERNESTO FAUSTINO URTUBEY Aquí exactamente es donde los abandono y que la mejor suerte los acompañe




ANHELO PARA QUIENES SE INVOLUCREN CON ESTAS CARTILLAS

Anhelo para quienes se involucren con estas cartillas, que, a poco de haber comenzado, tomen la mejor decisión respecto a seguir o abandonar para siempre su lectura. Temo, ya que nada nos cuesta creer más que esto, que nadie podrá excusarse de esta pulsión desde lo más hondo de la conciencia, como un eco por las montañas gastado, como si una agraviante alarma nos dijera: ¡Pero es que no te das cuenta que es ahora! Luego, modestamente considero se habrán convertido en protagonistas de una conspiración urdida por fuerzas que proceden del más allá de esta historia, incluso, si ustedes me lo permiten  de otros mundos. 
Porque de eso trata este registro. Contaré algo que comenzó hace cientos de años. De un pasaje entre una remota cultura del Altiplano y un pequeño grupo de revolucionarios en un río del extremo sur de nuestro continente. Del compromiso de esos hombres por recuperar toda aquella avezada y milenaria evolución y de su consiguiente tragedia. Porque lo hicieron sin saber que al asumirlo declaraban una guerra que ellos no buscaban pero que tampoco abandonarían jamás.
Tal cual se los digo, es cómo unos pocos lo saben, que así sucedió, y siendo ahora parte ustedes de aquello que se encuentran leyendo –ser partícipes de un extraordinario rescate del pasado– es que les sugiero considerar la decisión que mencioné poco más atrás. Recién entonces podremos aspirar a emanciparnos de nuestros habituales temores o para decirlo con vulgar lasitud, sentir que no hemos perdido el tiempo por encontrar aquello que la historia omite. ¿Serían capaces de excusarse? Y eventualmente, ¿de  encontrar algo más valioso? Sospecho, que para que eso no suceda es que han elegido seguir leyendo. Será bueno entonces sentir que ya se han liberado de los más cercanos compromisos en sus agendas, que ya no queda peso por sacarse de encima sino simplemente, seguir leyendo, leyendo incluso a pesar del hambre y del sueño, saber que no les podrán enrostrar, la más medrosa turbación contra su decidida lectura, y así y todo, haber renunciado al temor por perderse del rumbo o más sutilmente, dejarse confundir con los resplandores de una dulce mirada. Eso sí, tengan presente que yo no estaré y que tampoco habrá socorros para nadie. Cada cual sabe lo que lleva puesto. Como un día cualquiera llegamos, así también, un día como cualquier otro nos iremos. Y sigue siendo aún bueno no saber dónde. Aquí exactamente es donde los abandono y que la mejor suerte los acompañe…


En unos días se cumple el primer año de la desaparición física de Ernesto. De a poco voy mostrando su trabajo literario. Ojalá lo podamos editar, en un futuro cercano, en libro. Las dos imágenes que acompaña este breve texto, Ernesto me las envió el 27 de julio de 2017. Había preparado un guiso de lentejas que compartiría con sus alumnos del “Instituto” donde daba clases, en Ringuelet. Estaba muy contento ese día. 
Prólogo a la nouvelle inédita Los cuadernos de van Schultz, City Bell, julio de 2014 / 
Ernesto Faustino Urtubey (La Plata, 16 de febrero de 1959 - City Bell, 14 de septiembre de 2020) / 

jueves, 9 de septiembre de 2021

AZUCENA SALPETER Sospecho que la belleza del mundo






Sospecho que la belleza del mundo
no es nada complicada
se ejerce como el párpado del sauce
a lo largo de los días 
canta bajito
igual que un artesano
ensimismado en su pétalo de madera
el poeta 
no necesita aparecer en el poema
el navegante
sólo riela
no aparece en las cartas de navegación
los abrazos los puertos las fechas
tampoco aparecen en la corteza.


Azucena Salpeter nació en Formosa el 9 de noviembre de 1942 / Desde 1957 reside en La Plata, y en la actualidad en Tolosa / Es médica, poeta, narradora y pintora / Foto: Azucena en Taller 2019 /